En primer lugar, con respecto al sistema eléctrico español, vimos que éste, sobre el papel, se divide en cuatro sectores: producción de electricidad, transporte, distribución y comercialización, estando cada uno de estos sectores copado por diferentes compañías, que no podrán ser iguales en los diferentes sectores. Es decir, la compañía que genera la electricidad, no la vende finalmente. Sin embargo, la estrategia de las grandes compañías ha sido la de "partirse" de forma que tienen una filial en cada uno de los sectores, por lo que siguen operando en todas las fases del mercado.
Con respecto a la producción, Pepe Larios nos mostró como la potencia instalada (la capacidad de producir energía) de España ha crecido un 37% desde 2005, sobre todo por la política de instalación de centrales de ciclo combinado en el gobierno de Zapatero. Sin embargo, y debido a la crisis económica, la demanda máxima se estantó, y es prácticamente igual ahora que la que teníamos en 2005. Esto quiere decir, contrariamente a lo que dicen algunos medios, que la capacidad de producir energía en España es muy elevada y que, por tanto, no es necesaria la importación de ésta.
En cuanto a la distribución, 5 compañías se reparten el estado: ENDESA, IBERDROLA, GAS NATURAL FENOSA, y en menor medida EDP Y CHC, siendo ENDESA la que controla toda la distribución eléctrica de la comunidad andaluza. En este punto, Pepe Larios expuso el robo que tuvo lugar en nuestro país por los costes denominados "de transición a la competencia", cuya cantidad asciende a 3.400 millones de euros, estando el estado denunciado en este momento por la Px1NME y habiéndonos afectado en gran medida en nuestro recibo de la luz.
Entrando más a fondo en los conceptos del recibo de la luz, vimos como se han estado subiendo los costes fijos del recibo (la potencia contratada), de manera que, se consuma lo que se consuma, el mínimo a pagar va aumentando, lo cual no incentiva el ahorro energético en el hogar. Para paliar algo este asunto, Pepe nos habló de la posibilidad de bajarse la potencia contratada, lo cual puede hacer ahorrar hasta más de 50 euros al año a las familias. Vimos además como España era, tras Chipre e Irlanda (ambos son islas que tienen más difícil la conexión eléctrica), el país de la UE con la tarifa eléctrica más cara.
En nuestro recibo de la luz, además, pagamos costes que son altamente cuestionables. Algunos de ellos son:
- Por el valor de la energía en el mercado mayorista. En este caso vimos como centrales hidroeléctricas y nucleares, donde la energía costaba producirla desde 3 euros el GWh, se han estado pagando al mismo precio que las demás (sobre 40 euros), lo que ha provocado una subida del recibo en gran cantidad y unos beneficios de casi 14 mil millones de euros a las eléctricas.
- Pagos por capacidad, que simplemente se realizan por estar "disponibles", aunque no se usen las centrales, lo cual es absolutamente prescindible y nos costó 740 mill. de euros sólo en 2013.
- Pagos por interrumpibilidad, que se hacen simplemente por si debe detenerse la generación eléctrica, cosa que nunca ocurre.
- Déficit de tarifa, que indica, siempre según las compañías, la diferencia entre lo que cuesta generar electricidad y lo que se cobra por ella, lo que ha supuesto un montante enorme que repercute siempre en el consumidor.
- Costes extra como la moratoria a las nucleares o las primas al carbón, también tienen un coste en nuestro recibo.
En este punto, surgió la pregunta evidente: ¿por qué pasa esto? ¿Cómo puede suceder? Pues bien, una de las causas claras es que las grandes empresas eléctricas forman un oligopolio que, además, se apoya en el poder político, pagando directamente a los políticos "retirados" en un caso claro de puertas giratorias. Es decir, tienen intereses cruzados que van en contra de la ciudadanía (ver imagen).
Posteriormente, Pepe Larios nos puso en situación con respecto al problema de la pobreza energética, que ha aumentado escandalosamente en España y especialmente en Andalucía con la crisis económica. Un ejemplo claro es que los hogares que tienen que dedicar más del 10% de sus ingresos a la factura energética pasó de poco más del 5% en 2007 a más del 17% en 2012 en Andalucía, o que 4 millones de personas declaran que no pueden mantener su casa a una temperatura adecuada. Y lo más grave, se cifra en más de 7.000 las muertes prematuras que se producen en España por no tener el hogar aclimatado de forma decente. Para paliar esta situación, existen multitud de iniciativas, desde la tregua invernal hasta la acción en las viviendas para un mejor aislamiento, la imposibilidad de interrumpir los suministros, etc.
En cuanto a las alternativas, está claro que el sistema eléctrico y la normativa estatal no dan demasiado margen de maniobra. Sin embargo, han aparecido en los últimos años diversas iniciativas que, en forma de cooperativa, han apostado por otro modelo energético, basado en el ahorro y las energías renovables, como mayor motor del cambio hacia un nuevo modelo energético más democrático, más descentralizado, en manos de las personas y hecho para las personas, y no para el lucro personal de unos pocos. Algunas de estas iniciativas, como SOM Energía o ZENCER, permiten desde ya tener una energía en casa de origen 100% renovable, y ser dueños de nuestra propia energía, fuera de las manos del oligopolio de las grandes eléctricas.
Es precisamente en el campo de las energías renovables donde deberían estar puestos los ojos de la política energética y es que, por ejemplo, se perdieron en este sector casi 30.000 empleos entre 2008 y 2009 por el cambio de política energética que ha llevado incluso a tener que pagar un peaje por tener cada uno de nosotros unas placas solares en casa, lo que ha desincentivado el uso de esta energía de la que tanto disponemos en nuestro país. Además se debe realizar una política decidida de fomento de la construcción y rehabilitación con criterios de eficiencia energética, que daría empleo en un sector tan castigado como la construcción, ayudaría a la vez al cambio en el modelo energético, a la creación de puestos de trabajo y a la lucha contra el cambio climático.
Por último, vimos algunos pequeños ejemplos que pueden ayudarnos más en la rebaja de la factura de la luz, como es la compra de electrodomésticos eficientes, sobre todo los que más usamos, como el frigorífico; el cambiar las bombillas de casa a unas de bajo consumo y alta duración; o eliminar al máximo los sistemas que dejamos en stand-by, que pueden llegar a consumir hasta el 10% de la electricidad de un hogar. Además, Pepe Larios nos recomendó que comprobásemos qué compañía es la que realmente está contratada, pues solo algunas de ellas se rigen por los precios marcados por el gobierno, de forma que empresas con similar nombre pueden estar en el denominado Mercado Libre, no estando regidas por los precios marcados y pudiendo ser bastante más caras.
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